Por Kirsis Diaz/ELCaribe.com.doP.- ¿Si el Día de Reyes fuera hoy o alguien te quisiera obsequiar algo, cual te gustaría que fuera ese regalo? R.-“Unos zapatos, porque mira como tengo los pies, mis chancletas se me dañaron y tengo que caminar descalzo con ellos maltratados”.Así responde Rafelito, de nueve años, a las interrogantes de aquella periodista con quien se detiene a hablar, en momentos en que se dirige a comprar pan a uno de los dos pequeños colmados que existen en la Explanada de Tío Filín, ubicada a dos kilómetros de Gonzalo, provincia Monte Plata, nordeste dominicano.Rafelito, quien dice desconocer su apellido, no sabe leer ni escribir. Relata que sus padres nunca lo inscribieron en un centro educativo por lo lejos que queda, pero agrega que le gustaría tener una mascota y un lápiz para estudiar.En aquel poblado con un promedio de cien habitantes, rodeado de árboles, camino seco y polvoriento, pero resbaloso cuando llueve, las casas no conocen el concreto, están hechas de madera o yaguas y pisos de tierra.Las mujeres, que suelen casarse entre los 14 y 16 años, deben aprender a cocinar en fogón y lavar a mano porque allí no existe agua por tuberías, ni cables del tendido eléctrico para el alumbrado y para el uso de electrodomésticos como lavadoras.“El agua es lo que más nos hace falta, porque hay que estarla cargando lejísimos de unos manantiales, pero en el caso de la luz ya estamos impuestos a utilizar lámparas de aceite”, expresa un residenete de allí.
Lean el articulo completo y creo sentirán como me me sentí yo al leerlo.--Comentario de Compubemba : "Y como en un país tan rico como el nuestro, tan desarrollado todavía existan estas malformaciones en contra de tantos pueblos pobres como este... me avergonzé y apené de ser Dominicano al leer este articulo"
Padre Alberto Cutié: “Toda mi vida pensé estar casado” En la edición de septiembre de PEOPLE EN ESPAÑOL, te presentamos las fotos exclusivas de su boda y luna de miel con su esposa, Ruhama Canellis, Tras el escándalo que comenzó con la publicación de unas fotografías en una playa de Miami, del entonces sacerdote católico Alberto Cutié y su hoy esposa, Ruhama Canellis, el ahora ministro episcopal y la guatemalteca que le robó el corazón concedieron a PEOPLE EN ESPAÑOL la primera entrevista desde que se casaron y hablaron de los rumores que se tejieron a su alrededor. “Yo me sentía en paz, no me sentía nervioso”, asegura Cutié, de 40 años, refiriéndose al pasado 26 de junio cuando frente a 60 familiares y amigos juró amor eterno a su entonces prometida. “Estábamos en el cielo porque era lo que más queríamos: estar frente a Dios y hacer unos votos reales, de corazón y de alma”. Mira las fotos
