NUEVA YORK - Juno no fue ni la mitad de lo grave que se anticipaba para la Ciudad de Nueva York. Uno de los expertos del Servicio Nacional de Meteorología se disculpó vía Twitter por la predicción errada, y muchos neoyorquinos calificaron los cierres de rutas y transporte público dispuestas por las autoridades como exageradas.
Pero el verdadero escándalo del día fue que frente a una de las tormentas de nieve potencialmente más graves en la historia, el gobernador y el alcalde de Nueva York mostraron un grado de descoordinación que puso al desnudo ineficiencias de gestión y cortos circuitos políticos. El lunes en la tarde, el gobernador Andrew Cuomo anunció la suspensión del servicio de la MTA (Autoridad de Transporte Metropolitana) a partir de las 11 p.m. de ese día.“Nos enteramos mientras se hacía el anuncio”, declaró Bill de Blasio a la prensa el martes.La oficina de prensa del ejecutivo municipal confirmó que no fue sino hasta las 4:30 p.m. del lunes, 15 minutos antes de que el gobernador hiciera su anuncio, que De Blasio fue informado de la medida.Esta no es la primera vez que el mandatario estatal toma decisiones que conciernen directamente a la Ciudad de Nueva York sin consultar al alcalde. Durante la crisis del ébola, por ejemplo, Cuomo estableció una política de cuarentena sin la participación del funcionario o sus equipos.
Otra situación que llamó la atención el lunes fue el que Cuomo y De Blasio no aparecieron juntos durante la emergencia. El lunes, cada uno hizo su aparición televisiva con apenas 15 minutos de diferencia, algo que provocó inconvenientes en varios medios de comunicación a los que se les dificultó cubrir ambos eventos.
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