
Ser buenos modelos. Escucharlos, compartir tiempo en familia. Y sobre todo no consentirlo tanto.Escuchar sus palabras, gestos y actitudes, esto ayudará a entender su rebeldía.
*El chico debe comprender lo que se le pide y esto no puede superar las posibilidades de nuestro hijo.
*No criticarlo constantemente ni burlarse de él.
*No ser contradictorios con los límites y permisos.
*No dar varias órdenes a la vez.
*Si el chico no hace algo que debe hacer, nadie lo hará por él.
*No culparse por lo que sucede, pero pensar qué pueden cambiar los adultos para lograr que el chico cambie.
*Comprender que ser firmes no es dejar de ser razonables y coherentes, por lo tanto no humillarlo o ponerse violentos ni gritar.
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