New York.-El matrimonio entre Posada y los Yankees ha tenido sus altas y bajas a lo largo de los años y ambas partes han tenido que poner de su parte para que las cosas funcionaran.
Pero ahora la frustración está saliendo a relucir, entre las reuniones y las llamadas telefónicas y las declaraciones a los reporteros el sábado en la noche, todo ello carcomiendo cualquier deferencia que la organización consideraba que le debía a Posada. Incluso si él llegase al Yankee Stadium hoy y se disculpara y pidiera una oportunidad para enmendar las maquinaciones del sábado ante una audiencia nacional en el medio de una serie importante ante los Medias Rojas, la permanencia de Posada con el equipo probablemente está basada únicamente en su producción.
Relación en baja
Cashman ha demostrado más allá de toda duda que él no solo está dispuesto a ser el instrumento de cambio con los jugadores más viejos del equipo, él ve eso como su responsabilidad ante los Steinbrenner. Sin embargo, fue Cashman, quien le dijo a Posada que ya no sería el receptor de los Yankees, y fue Cashman quien se reunió con Posada el sábado en la tarde y lo alentó para que jugara, y cuando Posada declinó ser parte de la alineación, Cashman declinó protegerlo de sus propias acciones, diciéndoles a los reporteros que Posada había pedido ser sacado de juego y que no había ninguna lesión involucrada.
Baja ofensiva
Posada se encuentra entre los jugadores menos productivos en las mayores, no es versátil, no está contento y como se probó el sábado, su presencia en los Yanquis es una distracción.
El boricua apenas batea para .165 (109-18), con seis jonrones, dos dobles y 15 remolques en 32 juegos. AP
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