viernes, 16 de septiembre de 2011

“Mi abuelo no fue un monstruo” proclama nieto de Trujillo...Ay sí asi si es bueno! no vivir esa epoca y no ser reprimido!

En entrevista con el NY Times Ramfis Trujillo Domínguez defiende el “honor” del sátrapa NUEVA YORK._ “Mi abuelo no fue un monstruo y la familia Trujillo no tiene que pedirle perdón al pueblo dominicano”, afirmó en entrevista ayer con el New York Times, Ramfis Trujillo Domínguez, nieto del sátrapa Rafael Leonidas Trujillo Molina (Chapita) y que para contrarrestar el Museo Memorial de la Resistencia Dominicana abierto el 31 de mayo, ha abierto uno virtual en la Internet en el que destaca los “aportes” del dictador al “desarrollo” del país caribeño.Aunque admite que su abuelo fue siempre enemigo de la libertad de expresión, el nieto del ajusticiado hombre fuerte de El Caribe desde 1931 a 1962, dice que el número de muertos opositores políticos a la satrapía ha sido exagerado en la República Dominicana, incluyéndose asesinatos ordenados por colaboradores del entonces presidente y quien según su nieto, desconocía esos crímenes.“Reconozco que mi abuelo fue un dictador que no toleraba la libertad de expresión, pero su proceder estaba justificado en el contexto histórico del país caribeño cuando el llamado "generalísimo" asumió el poder.Rechazó que la familia del dictador se alzara con una inmensa fortuna y detalló que trabaja en Miami en una empresa de bienes raíces para subsistir económicamente y mantener a su familia. Miles de víctimas por razones ideológicas le son atribuidas a la dictadura trujillista, entre estas las de las hermanas Mirabal.Domínguez Trujillo de 41 años de edad, resaltó los esfuerzos de su abuelo para modernizar la República Dominicana, construyendo carreteras, escuelas, hospitales, centros recreativos, caminos vecinales, el sistema de energía eléctrica, cuyas se pasan por alto cuando se critica a su gobierno.
Durante la dinastía dictatorial de más de tres décadas, los Trujillo sembraron el terror en todo el territorio nacional, impusieron el culto a la personalidad y abrieron centros de torturas que fueron denunciados en los foros internacionales de derechos humanos como la cárcel “La 40” y un centro penitenciario al estilo campo de concentración llamado “El Sisal” en Azua, una provincia al Sur del país.Acepta que su abuelo cometió muchos excesos. “Por supuesto, él era un ser humano. Pero… ¿fue un monstruo?, por supuesto que no”, añade el nieto del dictador más sangriento de América Latina en su época. El New York Times habló con Trujillo Domínguez como contraparte de un reportaje publicado esta semana acerca de la apertura del museo en el que dice se exponen las historias de 1.960 adversarios de la dictadura asesinados por los Trujillo.
Señala que entre 1916 y 1978, año en que terminaron los gobiernos represivos de Joaquín Balaguer, continuador del estilo intolerante de Trujillo, murieron más de 50.000 dominicanos. Reseña también que más de 17.000 haitianos fueron aniquilados por militares actuando bajo las órdenes de Trujillo en 1937.Esa masacre se produjo en pueblos fronterizos de la Línea Noroeste y el dictador, emulando a su homólogo de Alemania, Adolfo Hitler, lo hizo no para controlar el flujo migratorio de los vecinos, sino para “purificar” la raza dominicana.Para muchos investigadores e historiadores nacionales e internacionales, Trujillo con la matanza, ya comenzaba a alucinar creyéndose “emperador” y dueño y señor de la voluntad de sus compatriotas. Pero sus tentáculos no se limitaron a la República Dominicana.El dictador ordenó el secuestro y posterior asesinato en la horca del etarra español profesor Manuel de Jesús Galindez, un ex colaborador del tirano que estando en el exilio e impartiendo clases en la Universidad de Columbia en Nueva York, publicó un libro en el que denunciaba los desmanes del régimen. nuevodiario

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