lunes, 24 de octubre de 2011

No fue fácil el camino de Nelson Cruz a las Grandes Ligas

ARLINGTON -- El 12 de octubre del 2010, cuando los Rangers derrotaron a los Rays en el Juego 5 de la ronda divisional para ganar la primera serie de postemporada en la historia de la franquicia, Nelson Cruz se le acercó al director del sistema de liga menor de Texas, Scott Servais, en medio de la celebración con champán en el Tropicana Field. "Gracias, hombre", dijo el dominicano al abrazar a Servais. "Sin ti no estaría aquí". Efectivamente, fue Servais que sembró hace más de cuatro años lo que sería toda una transformación de la mecánica de Cruz en la caja de bateo, algo que le ha permitido al jardinero de los Rangers llegar a la cúspide del súper-estrellato. "Me cambió la forma de batear", dijo Cruz en el Rangers Ballpark de Arlington, donde los Rangers disputan el título de la Serie Mundial con los Cardenales de San Luis. "Definitivamente, después de eso he sido otro jugador". Cruz, de 31 años de edad, ha dejado huella tanto en la postemporada del 2010 como la del 2011. En la Serie de Campeonato de la Liga Americana contra los Tigres de Detroit este mes, impuso récords en jonrones (6) y empujadas (13) para cualquier serie de postemporada. Según Elias Sports Bureau, sus 13 cuadrangulares entre la postemporada del 2010 y la del 2011 representan una nueva marca para años consecutivos, rompiendo la mayor cantidad anterior de 10 que estaba en manos de Jim Thome (Indios de Cleveland, 1998-99). Y entre los peloteros con al menos 100 turnos de por vida en juegos de playoffs/Serie Mundial, Cruz tiene la mejor frecuencia de vuelacercas por cada 10 veces al bate en la historia, con 8.23. ¿Cómo se explica esa clase de éxitos en el béisbol de octubre, cuando hay tanto en juego? "Más concentración, un poquito más de empeño", dijo Cruz, quien llegó al Juego 4 de la Serie Mundial con siete jonrones, 15 empujadas y OPS (porcentaje de embasarse más slugging) de 1.031 en esta postemporada. "De ahí salen los buenos resultados".



UNA CARRERA RECONSTRUIDA
Cruz se ha convertido en una legítima estrella al bate "después de viejo", al menos dentro de los parámetros en el mundo del béisbol. Subiendo por los circuitos minoritarios primero en la organización de los Atléticos y luego la de los Cerveceros, el quisqueyano tenía todo el talento del mundo, con números impresionantes. Pero a nivel de Grandes Ligas, comenzando en el 2005, no demostró que pudiera batear con consistencia. En el 2006 fue incluido por los Cerveceros en el canje en el que también pasó de Milwaukee a Texas el panameño Carlos Lee. "Cuando lo adquirimos, fui a Albuquerque (sede de Triple-A de los Rangers en ese tiempo) y le dije lo que queríamos hacer", relató Servais. "Fueron dos cosas: abrirlo más en el cuadre y nivelar más el swing. Implementó eso con nuestro cuerpo de coaches en Triple-A y de ahí evolucionó." Cruz accedió a hacer eso a una edad cuando los ajustes radicales de un pelotero no son la regla, sino la excepción. "No sé cuántos jugadores existen que están dispuestos a hacer un cambio en su mentalidad y su cuadre a los 26, 27 años", dijo el gerente general de los Rangers, Jon Daniels. "Creo que eso habla muy bien de él. "Ahí hubo una humildad y una comprensión de que había gente en su alrededor que trataban legítimamente de ayudarlo. Es tremendo ser humano". El proceso de rehacer la carrera de Cruz empezó en el 2007, cuando tenía ya siete años en el profesionalismo. "Creo que todos los jugadores llegan al punto de que es ahora o nunca", dijo Servais. "En ese momento son fáciles de orientar, porque no tienen adónde ir. Ahí estaba él. "Es un muchacho que estaba dispuesto a trabajar y hacer el ajuste tarde en su carrera. Se ha ganado el derecho de estar donde está ahora". Desde el 2009, Cruz ha sido uno de los bateadores más productivos de los Rangers, con 33, 22 y 29 jonrones en las últimas tres campañas. Los números serían más impresionantes aun si no fuera por una serie de lesiones que han limitado la cantidad de partidos jugados del dominicano.


RESISTENCIA EN OCTUBRE
Después una campaña regular, que sigue unos entrenamientos de primavera que empiezan en febrero, a muchos peloteros se les acaba la gasolina en octubre. Pero en el caso de Cruz ha sido todo lo contrario. "Trabajo fuerte", dijo el dominicano, quien se encontraba acompañado de su hijo de dos años, Nelson Jr. "Siempre trato de mantenerme en forma; por lo menos por la mañana hacer mi rutina de pesas y batear en mi caja, lo que sea necesario por mantenerse. "Es una temporada muy larga", continuó. Estamos en octubre dos veces seguidas y eso significa que le he sacado el máximo al cuerpo. Hay que darle mucho trabajo". El trabajo es algo al que está acostumbrado Cruz. Su camino hacia el éxito no fue el más común y requirió de mucho empeño, además de una disposición que no tendría todo el mundo. Ahora él y Texas están cosechando los frutos de tanto sudor. "Estoy bien contento por él", dijo Servais, "porque es un gran ser humano y un gran compañero". MLB

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