UNA CARRERA RECONSTRUIDA
Cruz se ha convertido en una legítima estrella al bate "después de viejo", al menos dentro de los parámetros en el mundo del béisbol. Subiendo por los circuitos minoritarios primero en la organización de los Atléticos y luego la de los Cerveceros, el quisqueyano tenía todo el talento del mundo, con números impresionantes. Pero a nivel de Grandes Ligas, comenzando en el 2005, no demostró que pudiera batear con consistencia. En el 2006 fue incluido por los Cerveceros en el canje en el que también pasó de Milwaukee a Texas el panameño Carlos Lee. "Cuando lo adquirimos, fui a Albuquerque (sede de Triple-A de los Rangers en ese tiempo) y le dije lo que queríamos hacer", relató Servais. "Fueron dos cosas: abrirlo más en el cuadre y nivelar más el swing. Implementó eso con nuestro cuerpo de coaches en Triple-A y de ahí evolucionó." Cruz accedió a hacer eso a una edad cuando los ajustes radicales de un pelotero no son la regla, sino la excepción. "No sé cuántos jugadores existen que están dispuestos a hacer un cambio en su mentalidad y su cuadre a los 26, 27 años", dijo el gerente general de los Rangers, Jon Daniels. "Creo que eso habla muy bien de él. "Ahí hubo una humildad y una comprensión de que había gente en su alrededor que trataban legítimamente de ayudarlo. Es tremendo ser humano". El proceso de rehacer la carrera de Cruz empezó en el 2007, cuando tenía ya siete años en el profesionalismo. "Creo que todos los jugadores llegan al punto de que es ahora o nunca", dijo Servais. "En ese momento son fáciles de orientar, porque no tienen adónde ir. Ahí estaba él. "Es un muchacho que estaba dispuesto a trabajar y hacer el ajuste tarde en su carrera. Se ha ganado el derecho de estar donde está ahora". Desde el 2009, Cruz ha sido uno de los bateadores más productivos de los Rangers, con 33, 22 y 29 jonrones en las últimas tres campañas. Los números serían más impresionantes aun si no fuera por una serie de lesiones que han limitado la cantidad de partidos jugados del dominicano.
RESISTENCIA EN OCTUBRE
Después una campaña regular, que sigue unos entrenamientos de primavera que empiezan en febrero, a muchos peloteros se les acaba la gasolina en octubre. Pero en el caso de Cruz ha sido todo lo contrario. "Trabajo fuerte", dijo el dominicano, quien se encontraba acompañado de su hijo de dos años, Nelson Jr. "Siempre trato de mantenerme en forma; por lo menos por la mañana hacer mi rutina de pesas y batear en mi caja, lo que sea necesario por mantenerse. "Es una temporada muy larga", continuó. Estamos en octubre dos veces seguidas y eso significa que le he sacado el máximo al cuerpo. Hay que darle mucho trabajo". El trabajo es algo al que está acostumbrado Cruz. Su camino hacia el éxito no fue el más común y requirió de mucho empeño, además de una disposición que no tendría todo el mundo. Ahora él y Texas están cosechando los frutos de tanto sudor. "Estoy bien contento por él", dijo Servais, "porque es un gran ser humano y un gran compañero". MLB
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