TORONTO - José Reyes pasó por una serie de emociones cuando se enteró en noviembre de que había sido cambiado de Miami a Toronto. Por una parte, había rabia y frustración al saber que
Cualquier enojo ha disipado desde el anuncio del canje; cuando fue presentado como nuevo integrante de Toronto Reyes no dejó de sonreír. Reyes se enteró del cambio mientras estaba de vacaciones. "Dije, '¿Sabes qué? Es mejor oportunidad estar con los Azulejos.' Todo se reduce a ganar. El equipo que vamos a poner en el terreno va a ser bueno, así que ya quiero jugar." Cuando Reyes fue adquirido de manera oficial de Miami junto a Josh Johnson, Mark Buehrle y el también dominicano Emilio Bonifacio, representó un "palo" para el gerente general de Torono, Alex Anthopoulos. Reyes siempre había estado en la mira del ejecutivo, pero había sido un pelotero muy caro para el GG. Eso cambió al final de la temporada del 2012, cuando los dueños de los Azulejos le dieron permiso a la gerencia del club de aumentar su nómina. Aunque el precio de Reyes había sido demasiado para Toronto el año anterior, de repente surgió la posibilidad de traer al quisqueyano al equipo canadiense. Las pláticas con Miami empezaron con Johnson, se expandieron a Buehrle y luego se convirtieron en lo que sería el mayor canje en la historia de la franquicia una vez fue incluido el nombre de Reyes. Anthopoulos por fin había adquirido al pelotero tan anhelado. "Antes, no teníamos las condiciones para perseguir sus servicios", dijo Anthopoulos. "No le he dicho esto, pero probablemente sea mi pelotero favorito de ver. Es alguien que uno quiere ver cuando va al estadio. Es un jugador eléctrico, de mucha energía, con una sonrisa y muchas cosas más." Reyes le aporta a los Azulejos una serie de habilidades que hace muchos años no se ve en Toronto. Tiene un alcance por encima del promedio en el campo corto, pero probablemente más importante sería su
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