Contrario a como la perciben los demás, Nuria se confiesa una mujer muy sensible y llorona, incluso, muy tímida, que a veces imagina vivir una vida diferente, quizás un poco más tranquila, pero lo cierto es que ahora en lo que menos puede pensar es en el reposo.En estos momentos se encuentra inmersa en el mayor reto que ha asumido, después de haber iniciado su propio programa hace 26 años: dirigir a CDN. El encuentro previo a esta conversación se dio en medio de las pruebas de cámara de los nuevos estudios del canal 37, y desde ahí nos dirigimos al estudio fotográfico del periódico elcaribe. Allí comenzó a revivir la infancia feliz que disfrutó junto a su madre y su hermana. Tras unos pocos minutos de diálogo dejó al descubierto su alma, en la cual lleva dos señas particulares: la primera quedó impresa el día que, en su presencia, asesinaron a su padre, Enrique Piera, cuando ella apenas tenía 10 años; y la segunda, el día que escuchó el primer llanto de su hija Leslie. Sin dudas, dos capítulos en las páginas de su existencia, en los cuales con mayor precisión han quedado descritas en su máxima expresión la tristeza y la alegría.“Pienso que perder a tu padre de esa manera, hace que crezcas con algún dolor que te queda en el alma y que no pudo ser sanado a tiempo”. Un dolor que se asoma en sus ojos en forma de lágrimas y deja al descubierto la hija que extraña al padre, y vuelve a evocar a la niña que cada noche esperaba verlo llegar una y otra vez. Leer más...
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