Nueva York — Luego de haber sufrido un infarto, la peruana María Hermosa depende "casi en su totalidad" de un celular que obtuvo gracias al programa federal de asistencia Lifeline, hace dos años.Ahora, María está preocupada por los intentos republicanos en el Congreso y el Senado de recortar o eliminar el programa, que les otorga teléfonos móviles, a personas de bajos recursos económicos, así como a personas mayores."Cualquier cambio me perjudicaría mucho, porque mis llamadas para doctores, farmacia e incluso la persona que me cuida en mi hogar, las hago con el celular de Obama", subrayó la mujer de 66 años, que vive sola en Queens.El programa Lifeline, popularmente conocido como "el celular de Obama" pese a que se inició hace casi 30 años, provee teléfonos móviles gratuitos y/o subsidiados, con hasta 250 minutos de llamadas al mes.Aunque no se divisa una acción inmediata en la legislatura federal, la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC), alertó sobre el impacto negativo que tendría en los menos favorecidos de llegar a aprobarse las dos propuestas de ley que cambiarían el programa.Brent Wilkes, director ejecutivo de LULAC, sostuvo que los servicios de Lifeline ayudan en el campo laboral, de salud y seguridad pública, por lo que de llegar a eliminarse o recortarse, se estaría "impidiendo que millones de hispanos de bajos ingresos y otras personas puedan mejorar sus vidas"."Creemos que el programa debe preservarse con todas las regulaciones necesarias, particularmente ante la realidad de que innumerables hispanos de bajos ingresos en condiciones de participar del programa federal no lo hacen", subrayó Wilkes.LULAC, estima que a nivel nacional, unos siete millones de latinos se benefician del programa, 140,742 de ellos en la ciudad de Nueva York.
No hay comentarios:
Publicar un comentario