El gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, se comprometió a cooperar con las investigaciones sobre el escándalo por el cierre de carriles en el puente George Washington.
Según se desenlaza el escándalo de quien ordenó el cierre de carriles del puente George Washington durante cuatro días el pasado diciembre, más pienso en la clásica rima infantil inglesa, de 1810, Humpty Dumpty. El gobernador Chris Christie es sin duda la versión moderna del personaje, que se usaba para identificar a una persona torpe y pequeña —lo que el gordinflón político republicano es para mí. Según el acertijo, una persona torpe no necesariamente tenía que sufrir daños irreparables en una caída:
"Humpty Dumpty estaba sentado en un muro, Humpty Dumpty sufrió una gran caída. Ni sesenta hombres, ni sesenta hombres más pudieron a Humpty arreglar jamás". Hasta hace poco el gobernador republicano se perfilaba como el más seguro o con más probabilidad de ser el nominado por su partido en el 2016 a la presidencia estadounidense. Esa certeza de que el jaquetón y verbal abusador político podía caerse y no hacerse daño ha resultado similar a la rima. Luego de que Humpty Dumpty cayera de la pared, el acertijo de que era irrompible se desvaneció. El una vez imparable aspirante presidencial, tuvo que comenzar su discurso acerca de la condición de Nueva Jersey asegurando que su administración cooperaría con la investigación que procede por lo que habían descubierto reporteros de su Estado Jardín. Doscientos cuatro años más tarde de que apareciera la rima de Humpty Dumpty en el cuento de Mother Goose o Mama Ganso, es evidente que el una vez imparable político republicano ha comenzado su caída. Su credibilidad se achica a diario. La investigación actual puede producir evidencia de lo que ya muchos sospechan: que el gobernador Christie tenía conocimiento del asqueroso desquite contra un político que no respaldó su reelección. ¡Se reventó!
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