Lo menos que algunos pudieran desear sería subir a la nueva torre del World Trade Center
a las 3:00 de la madrugada y desde allí lanzarse al vacío, auxiliados
por un paracaídas. Sin embargo, para aquéllos que tienen la capacidad de
separar el nuevo lugar de la tragedia allí ocurrida en el 2001, la hoy
llamada Torre de la Libertad es el escenario perfecto para vivir una aventura “prohibida” en el corazón de Manhattan.
Entre
estos últimos se encuentran cuatro paracaidistas con vasta experiencia,
tres de los cuales subieron a la torre el pasado 30 de septiembre para
descender 1,300 pies de la forma que más les gusta. Disfrutaron su
aventura, la grabaron con las cámaras que tienen sus cascos y lo
publicaron.
Casi seis meses más tarde, William Bratton,
comisionado de la Policía de la Ciudad de Nueva York, informó que este
lunes fueron arrestados James Brady, Kyle Hartwell, Marko Markovich y Andrew Rossig.
Contra el cuarteto pesan cargos de robo, comportamiento arriesgado y
por saltar sin los debidos permisos de un edificio federal.
Para
Bratton, lo más importante es recordar a la ciudadanía que “estos
arrestos deben enviar un mensaje bien claro a cualquiera que esté
pensando en hacer mal uso de estas instalaciones”.
Sin
embargo, en los tribunales se discutirá el hecho de que los cuatro
ciudadanos accesaron a la torre a través de un hueco en la verja y en ningún momento fueron detenidos por personal de seguridad.
Por otro lado, de acuerdo con el licenciado Timothy Parlatore,
representante legal de uno de los aventureros, “el salto fue muy
profesional, controlado. Nadie fue puesto en peligro”.Este caso se suma al difundido la semana pasada, cuando un joven de 16 años fue detenido por subir a la Torre y pasar dos horas en el lugar tomando fotos, antes de que un obrero lo detuviera.
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