jueves, 12 de febrero de 2015

Cómo podrías recuperar las ganas de tener sexo

El sistema en el que vivimos nos exige tiempo, esfuerzo y resultados, y esto hace que nuestro cerebro viva permanentemente en estado de alerta. Necesitamos volver aconectarnos con el placer. Entérate cómo.  
La sexualidad femenina
Para que una mujer active sus centros del placer y se relacione sexualmente con su pareja, es necesario que en su cerebro se desactive la amígdala, el área de los instintos relacionados con la ansiedad y el miedo. Y esto solo sucederá si está relajada y confiada. Cualquier situación o pensamiento intrusivo vinculados con su trabajo, sus hijos o su pareja, podrían impedir esta desactivación y obstaculizar el encuentro íntimo. Es fundamental, a la hora de tener sexo, que la mujer cuente con tiempo y se desconecte de cualquier pensamiento que la preocupe. Aparte, vale recordar que el centro del placer sexual femenino está conectado de manera directa con el clítoris. La estimulación del mismo requiere tiempo para producir la liberación de neuroquímicos como la dopamina y la oxitocina, sustancias que le otorgarán el pase asegurado al orgasmo.  
La sexualidad masculine
Así como la mujer necesita de un tiempo previo de preparación para tener una relación sexual satisfactoria con su pareja, en ellos es otra la historia. En pocos minutos pueden lograr una erección. Una fantasía erótica o el roce con la piel de ella podrían activar en los varones los circuitos de placer. El resto de las áreas cerebrales se desconectan, para que el foco esté en “el objetivo”.
Encontrarse
 Es de suma importancia que ambos integrantes de la pareja sean conscientes de que mujeres y hombres demandan tiempos diferentes para llegar al orgasmo. Muchas veces, el deseo de la mujer disminuye porque no se respeta su necesidad biológica.
  La capacidad del “cortejo”, propia del macho que desea tener un encuentro sexual con una hembra, siempre estará presente en el comienzo de una relación, pero también en el juego sexual previo a la penetración. Las caricias, las palabras y la atención de sus necesidades ayudarán a la mujer a desconectarse y entregarse. En la mayoría de los casos, ellos desconocen la realidad biológica femenina. Por esto, a veces debe ser la mujer quien se lo informe a su pareja. Y esto no la volverá vulnerable frente a él, sino todo lo contrario: solo una mujer que se conoce a sí misma y está atenta a sus necesidades podrá expresar con claridad qué quiere y qué no. Fuentes consultadas: libro El cerebro femenino, Louann Brizendine; libro El cerebro masculino, Louann Brizendine.

No hay comentarios: