DALLAS -- Nunca fue un Super Bowl un desenlace tan perfecto para una temporada. Digo esto porque la victoria de Green Bay sobre los Steelers por 31-25 fue el fiel reflejo de la campaña de los Packers. El equipo dirigido por Mike McCarthy sufrió 16 jugadores lesionados a lo largo de todo el año, y así y todo se las ingeniaron para llegar al juego definitivo. Esta tarde noche, Green Bay inició el partido de la mejor forma posible; dos touchdowns y una ventaja de 14 puntos en el período inicial.
Pero minutos antes del cierre de la primera mitad, sufrieron un susto más que importante.
Se lesionó la clavícula el líder y capitán de esta defensiva Charles Woodson, y se enteraron en el vestidor que no iba a poder jugar en el complemento. "Fue un golpe muy duro para nosotros", admitió el apoyador Frank Zombo, quien se enteró a último momento que iba a ser titular debido a la lesión de Eric Walden. "Es nuestro as de espadas, pero este equipo no se rinde nunca".
No fue Woodson la única pérdida que tuvieron los Packers, dado que también se lesionó el veterano receptor abierto Donald Driver. Y aunque Jordy Nelson tuvo probablemente el mejor juego de su carrera, el joven grupo de receptores de Green Bay dejó caer algunos pases que los hicieron sufrir más de la cuenta. "Tuvimos un tercer cuarto muy malo", dijo el tackle ofensivo novato Bryan Bulaga. "Sabíamos que teníamos que anotar más puntos cuando nos enteramos de la lesión de Woodson, pero por suerte enderezamos el barco en el último cuarto". Justamente en ese tercer cuarto, los Packers cometieron un sinfín de penalidades que le permitieron a los Steelers a tres puntos. Pero a fin de cuentas, Green Bay le clavó una daga en el corazón de los Steelers con otra buena serie dirigida por Aaron Rodgers que terminó en un gol de campo, y se comió valiosos segundos del reloj. Rodgers fue el Jugador Más Valioso del partido, y a partir de ahora habrá convencido a los pocos críticos que faltaban de que es un mariscal de elite. Ya tiene la misma cantidad de anillos que Brett Favre, y las comparaciones empezarán a tocar su puerta.
"Nunca sentí que tenía un mono en mi espalda", sentenció Rodgers. "Le agradezco a toda la gerencia por haber creído en mi, y por suerte pude pagarles con creces". espn
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