Si su historia en el arte popular es irrepetible, así también lo es su historia de vida. Su carisma y la devoción de todo un pueblo han sido sus señas particulares; pero mientras en el escenario su estrella brillaba con un destello impresionante, en sus adentros el ser humano se hundía en la ansiedad, la desesperación y la más profunda tristeza.Más de una vez tocó fondo y más de uno quiso ayudarlo a liberarse de sus adicciones, pero no fue hasta que él mismo tomó conciencia del daño que se estaba haciendo y que, a su vez, les causaba a sus seres queridos, cuando dijo: “ya no más”. Se armó de coraje y tomó la decisión de rescatar su vida y volver como un hombre nuevo.En estas páginas, El Mayimbre, como se le conoce en el mundo del espectáculo, hace un mea culpa y reconoce que con su actitud, no sólo se dañó a sí mismo, sino que también le falló a quienes más lo amaban: su familia y su pueblo. Así como nunca es tarde para volver a empezar, tampoco lo es para pedir perdón y agradecer, como lo hace en este diálogo, más que el cantante, el ser humano.
1. Los primeros años
Yo recuerdo toda mi niñez. Tengo recuerdos desde antes de cumplir un año de vida, en especial una vez que me caí encima de un fogón. No se me olvida porque me quemé, aún tengo la cicatriz en mi barriga. Por eso es que lo recuerdo, porque fue candela que cogí. Aún tengo las manchas de esa quemada. Fui un niño, no travieso, pero sí inquieto. Me gustaba hacer mucho deporte. Jugaba ping pong, basquetbol, béisbol, a las escondidas, al pisa colá. Yo tuve una niñez bien bonita y bien sana.
2. Monaguillo
Entre los ocho y los nueve años, cuando se iba la luz, que se iba todos los días como a las seis de la tarde y se quedaba todo oscuro, porque había una planta para todo el pueblo y la apagaban a las seis de la tarde, hasta que llegó la CDE a Loma de Cabrera. Cuando se apagaba la planta yo me iba para el parque y allí los padres de la iglesia, en ese entonces el padre Olmedo y el padre Seijas, me invitaron a que participara en el coro de la iglesia. Entonces, además de cantar en el coro de la iglesia, los lunes me tocaba ayudar en la misa. También fui Boy Scout. La gente decía que iba a la iglesia para escucharme cantar. En ese momento me sentía feliz cuando me lo decían, pero ahora, si me lo dicen, yo les diría que no, que a mí no me tenían que venir a oír, sino que tenían que venir a escuchar la palabra de Dios.
3. El hijo de todas las madres
Yo he tenido la bendición de que cada madre me dice: “mi hijo, yo te quiero como a un hijo” o me dicen: “tú eres igualito a uno de los hijos míos”. He recibido mucho cariño de cada madre, inclusive, hay muchos muchachos, obviamente de menor edad que yo, que sus madres le han puesto Fernando por mí, y también le han puesto a sus hijas Paloma, por mi hija. Yo me siento muy honrado, muy feliz y bendecido por el amor de mi pueblo.
4. En falta
Antes, no me daba cuenta, pero ahora que he tomado conciencia, reconozco que le fallé, no sólo a las personas que estaban más cerca de mí, sino que le fallé al país, porque aunque eso no causó ninguna reacción en mi contra, porque la gente siempre me siguió queriendo y admirando como artista, yo sé que como persona sí causó reacciones de personas que no querían saber de mí porque yo estaba en malos caminos. Quizás me admiraban como artista, pero como persona no me lo perdonaban. A esos yo no los escuchaba, he venido a escucharlos ahora que me han conocido después de yo haber dejado esa vida, y me han dicho: “tú para mí eras un delincuente, una persona que no valía nada”. Eso me da duro. Pero ahora lo entiendo bien. Viví una vida muy desorientada, pero hoy me siento muy feliz, porque ya estoy limpio de todos los vicios.
Error1. Los primeros años
Yo recuerdo toda mi niñez. Tengo recuerdos desde antes de cumplir un año de vida, en especial una vez que me caí encima de un fogón. No se me olvida porque me quemé, aún tengo la cicatriz en mi barriga. Por eso es que lo recuerdo, porque fue candela que cogí. Aún tengo las manchas de esa quemada. Fui un niño, no travieso, pero sí inquieto. Me gustaba hacer mucho deporte. Jugaba ping pong, basquetbol, béisbol, a las escondidas, al pisa colá. Yo tuve una niñez bien bonita y bien sana.
2. Monaguillo
Entre los ocho y los nueve años, cuando se iba la luz, que se iba todos los días como a las seis de la tarde y se quedaba todo oscuro, porque había una planta para todo el pueblo y la apagaban a las seis de la tarde, hasta que llegó la CDE a Loma de Cabrera. Cuando se apagaba la planta yo me iba para el parque y allí los padres de la iglesia, en ese entonces el padre Olmedo y el padre Seijas, me invitaron a que participara en el coro de la iglesia. Entonces, además de cantar en el coro de la iglesia, los lunes me tocaba ayudar en la misa. También fui Boy Scout. La gente decía que iba a la iglesia para escucharme cantar. En ese momento me sentía feliz cuando me lo decían, pero ahora, si me lo dicen, yo les diría que no, que a mí no me tenían que venir a oír, sino que tenían que venir a escuchar la palabra de Dios.
3. El hijo de todas las madres
Yo he tenido la bendición de que cada madre me dice: “mi hijo, yo te quiero como a un hijo” o me dicen: “tú eres igualito a uno de los hijos míos”. He recibido mucho cariño de cada madre, inclusive, hay muchos muchachos, obviamente de menor edad que yo, que sus madres le han puesto Fernando por mí, y también le han puesto a sus hijas Paloma, por mi hija. Yo me siento muy honrado, muy feliz y bendecido por el amor de mi pueblo.
4. En falta
Antes, no me daba cuenta, pero ahora que he tomado conciencia, reconozco que le fallé, no sólo a las personas que estaban más cerca de mí, sino que le fallé al país, porque aunque eso no causó ninguna reacción en mi contra, porque la gente siempre me siguió queriendo y admirando como artista, yo sé que como persona sí causó reacciones de personas que no querían saber de mí porque yo estaba en malos caminos. Quizás me admiraban como artista, pero como persona no me lo perdonaban. A esos yo no los escuchaba, he venido a escucharlos ahora que me han conocido después de yo haber dejado esa vida, y me han dicho: “tú para mí eras un delincuente, una persona que no valía nada”. Eso me da duro. Pero ahora lo entiendo bien. Viví una vida muy desorientada, pero hoy me siento muy feliz, porque ya estoy limpio de todos los vicios.
Pensaba que los artistas siempre estaban drogados, que bebían mucho y que andaban con muchas mujeres”
Temor
Mi papá pensaba que si me convertía en artista, me iba a pasar lo que él pronosticó y así fue, de una vez comencé a beber”.
Tema
Hace ya más de tres meses que dejé de fumar y eso es lo que más duro se me está haciendo. Pero sé que lo puedo vencer”.
Conciencia
Reconozco que le fallé, no solo a las personas que estaban más cerca de mí, sino que le fallé al país. Antes no me daba cuenta, pero ahora sí.
Fortaleza
Le pido a Dios que me dé toda la fuerza para no volver a tomarme un trago jamás en mi vida. Le pido a Dios que ni me deje pensar en drogas.”
Leer la entrevista completa aquí vía el Caribe
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