El todavía dueño de los Angeles Clippers, Donald Sterling, parece que
no tiene la intención de abandonar el mundo de la NBA sin armar antes un
poco más de ruido. El abogado ha respondido enérgicamente a las
acusaciones del Comisionado Adam Silver, armas con las que pretenden
rescindir su contrato de propietario, mientras que su ex-esposa, Shelly
Sterling, se está moviendo con celeridad para tratar de vender el equipo
antes del final de la semana.
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