Conocido desde su primer año en las Menores en el 2001 como un monticulista descontrolado, Cabrera luego de permanecer un 2011 en franca recuperación se exhibe este año con el Escogido como un hombre diferente y coloca estadísticas aceptables en las Menores, donde acumuló foja de 7-8 con 4.23 de efectividad, empero lo más importante en su desempeño fueron los apenas 42 boletos en 132 entradas.
Por años, las transferencias otorgadas han representado el “dolor de cabeza” que le ha impedido alcanzar el grado de efectividad en las Mayores, pues lideró la Liga Americana en ese negativo renglón en el 2006 con 104 y al año siguiente con 108. Esta inefectividad fue el principal escollo para que su permanencia en la gran carpa fuera limitada.Paradas sin ninguna mejoría en las Menores mantuvieron la carrera de Cabrera como una especie de tormento, incluso tuvo un año 2009 en que otorgó 45 boletos en apenas 51.2 de entradas y apenas 25 ponches.Junto a su poca efectividad en el box, una lesión en el codo colocaba su carrera en un limbo, del cual el nativo de La Romana estaba renuente a operarse, a pesar de que la misma podrÏa convertirse en una especie de renacer.Por diferentes recomendaciones decidió operarse en octubre del 2010 con el famoso médico James Andrews, cirugía que resultó ser todo un éxito.“No quería hacerlo, pero era la mejor solución para volver a reencontrarme como lanzador, era una especie de comenzar una nueva vida”, señala Cabrera sobre la difícil decisión que tomó.Tras la operación, se pasó todo el 2011 trabajando con el instructor de los Orioles de Baltimore Carlos Juan Benhardt, quien le hizo una serie de recomendaciones destinadas a mejorar como lanzador.Y de qué forma lo ha hecho Cabrera. Tras ser dejado en libertad por los Tigres del Licey retornó al béisbol dominicano con los Leones del Escogido y su desempeño ha sido tan magistral, que en estos momentos tiene en sus bolsillos el premio como Lanzador del Año.“Es como el inicio de una carrera nueva para mí, lo más importante es que ahora estoy lanzando más strikes y esto me ha permitido dominar más a los bateadores”, señala Cabrera, cuya recta aún es cronometrada entre 95 y 96 millas.
Por años, las transferencias otorgadas han representado el “dolor de cabeza” que le ha impedido alcanzar el grado de efectividad en las Mayores, pues lideró la Liga Americana en ese negativo renglón en el 2006 con 104 y al año siguiente con 108. Esta inefectividad fue el principal escollo para que su permanencia en la gran carpa fuera limitada.Paradas sin ninguna mejoría en las Menores mantuvieron la carrera de Cabrera como una especie de tormento, incluso tuvo un año 2009 en que otorgó 45 boletos en apenas 51.2 de entradas y apenas 25 ponches.Junto a su poca efectividad en el box, una lesión en el codo colocaba su carrera en un limbo, del cual el nativo de La Romana estaba renuente a operarse, a pesar de que la misma podrÏa convertirse en una especie de renacer.Por diferentes recomendaciones decidió operarse en octubre del 2010 con el famoso médico James Andrews, cirugía que resultó ser todo un éxito.“No quería hacerlo, pero era la mejor solución para volver a reencontrarme como lanzador, era una especie de comenzar una nueva vida”, señala Cabrera sobre la difícil decisión que tomó.Tras la operación, se pasó todo el 2011 trabajando con el instructor de los Orioles de Baltimore Carlos Juan Benhardt, quien le hizo una serie de recomendaciones destinadas a mejorar como lanzador.Y de qué forma lo ha hecho Cabrera. Tras ser dejado en libertad por los Tigres del Licey retornó al béisbol dominicano con los Leones del Escogido y su desempeño ha sido tan magistral, que en estos momentos tiene en sus bolsillos el premio como Lanzador del Año.“Es como el inicio de una carrera nueva para mí, lo más importante es que ahora estoy lanzando más strikes y esto me ha permitido dominar más a los bateadores”, señala Cabrera, cuya recta aún es cronometrada entre 95 y 96 millas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario